Tiempo de ser abuela: la “abuelidad”

Dedicado, con todo mi agradecimiento, a mi hijo Juny y a su esposa Mónica, a mi hija Ada Hanna y a su esposo Gabriel… por hacerme una abuela tan inmensamente feliz

Hace meses que apenas escribo, es por felices motivos familiares. Hay un tiempo para cada cosa en la vida y ya me llegó el tiempo de ser abuela.

Me han nacido dos nietecitos hermosos en el intervalo de un mes y medio y a 4000 Km de distancia uno del otro. Me han hecho abuela; abuela por partida doble.

Tengo ahora dos nuevos títulos honoríficos, que son los más valiosos de mi vida. Son dos regalos indescriptibles: ser “iaia” de Neo, bebé de mi hijo Juny y su esposa Mónica, y ser “savtá” de David, el bebé de nuestra hija Ada Hanna y su esposo Gabriel. Ellos me han hecho abuela. Ellos me han hecho feliz.

Perder peso, atesorar salud – Podium Nº9

Me tenéis intrigada: ¿Qué os ha pasado durante este último mes a todos aquellos que empezasteis con bríos un nuevo estilo de vida, amando vuestro cuerpo y dándole las condiciones para empezar a adelgazar en salud? ¿Cómo os resultó el proceso de eliminar de vuestra dieta las grasas saturadas y el azúcar blanco? ¿Qué sentisteis al ir escribiendo el diario que os sugería?…

El tiempo de echar la sal: un arte

En casi todas las cocinas que he conocido hay un bote grande y bello de sal cerca de los fogones (modernamente transformados en glamurosas vitrocerámicas). Cocinar requiere sal, a riesgo de que la comida se nos quede sosa. Desgraciadamente cuando un plato contiene poca sal, popularmente se lo valora como insípido y por tanto no gustoso…

No obstante, aunque la presencia de la sal en las cocinas es tan universal, no se la sabe usar debidamente dado que se desconoce su función.

Dentífrico negro

Los dentífricos son blancos. Eso es lo lógico, ya que los usamos para limpiar y blanquear nuestra dentadura, ¿verdad? Hace años me sorprendí al descubrir que, en realidad, no es así. Un dentífrico también puede ser negro, muy negro.

Empezar a adelgazar saludablemente – Podium Nº8

Ya no podemos postergar más la decisión. Hemos llegado a la clara conclusión de que es necesario adelgazar bien porque nuestro IMC llegó a 25 o bien porque nuestro médico de confianza así nos lo aconseja por motivos específicos de salud. ¡Vamos a perder peso!

Salario, sal y salazón

Dedicado a mi madre,
con el deseo de que pueda conservarse hasta los 120 años tan guapa y tersa como siempre…

El uso de la sal como agente conservador es conocido desde la antigüedad. No sé si habrás caído alguna vez en la cuenta de que las palabras salario y sal son parecidas. No es casualidad: el vocablo salario contiene la palabra sal porque deriva de ella, dado que en el antiguo imperio romano se hacían pagos con sal por ser este un producto muy preciado como agente de conservación de alimentos.

El amado silencio

Sabido es que nuestro contacto personal con el mundo exterior pasa por la funcionalidad de los órganos de los sentidos. Uno de ellos es nuestro oído, una auténtica maquinaria precisa que nos hace escuchar lo que acontece en nuestro entorno en el intervalo de frecuencia entre 20 y 20000 Hz.

¿De verdad necesitas adelgazar? Pero no ASI, ni ASI… – Podium Nº7

Proponerse adelgazar no es adelgazar. Para adelgazar hay que tener muy claros los motivos por los que tomamos la decisión: que nuestro IMC sea de 25 o mayor, o que nuestro médico nos lo haya recomendado por motivos específicos de salud.

Sal o no sal, ¿es o no es la cuestión?

La sal es un nutriente inorgánico necesario para nuestra salud. Pertenece al mundo geológico, mineral, como el agua, siendo su composición química cloruro sódico (ClNa). Añadimos sal a nuestras comidas diarias, en mayor o menor cantidad, según gustos o costumbres. De hecho ya se la conoce popularmente como sal de mesa. Escuchamos decir que no hay que abusar de ella. A muchas personas mayores les rebajan su ingesta o incluso se la prohíben, como medida terapéutica. Lo cierto es que tiene múltiples funciones importantes en nuestro organismo, por lo que una persona sana no puede prescindir absolutamente de ella. Pero su consumo requiere moderación, como veremos a continuación.

Sabor a mar

Si alguien que nunca vio el mar nos pidiera que le explicáramos qué es el mar, seguramente en nuestro intento de definirlo incluiríamos los términos: agua y sal. Es sabido que el mar es salado, más o menos salado según del mar de que se trate, pero siempre el sabor a mar es salado. La sal forma parte de la esencia marina.

¿Por qué es salado el mar? La respuesta rápida es: